Queridos Hijos, Si Ustedes Viven Los Mensajes, Vivirán La Semilla De La Santidad.

Nuestra Madre, en esta reflexión nos anima diciéndonos que el camino hacia la santidad es una realidad que cada uno de nosotros podemos vivir.

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Vamos, á continu. Continuar reflexionando en el mensaje de nuestra madre, el de octubre del donde nos habla. De la realidad que cada uno podemos ser santos. Todos somos llamados á la santidad. Todos tenemos el ton de la santidad, pero tenemos que vivirlo. Tenemos que desearlo, tenemos que trabajar en él. Tenemos que de verdad sentir esa necesidades de esa alegría, de poder seguir ese camino. Que nuestra madre nos dicen uno de sus mensajes, queridos hijos también hoy los invito al camino de la santidad, oren para que puedan comprender la belleza de este camino en el que Dios se manifiesta á ustedes de manera especial, verdad? Necesitamos orar. Necesitamos desear. Ese camino de la santidad porque nuestra madre nos ha dicho que es un camino precioso. Es un camino hermoso, es un camino pecho, es un camino dulce, pero muchos nos da miedo porque pensamos que se nos va pedir mucho. Pero en realidad nuestra madre nos dijo ya en el mensaje del en. Hijos míos. Ustedes también pueden ser santos. O sea, ya nos está diciendo que podemos. Nos está diciendo, es algo hermoso decídase por él. Nuestra madre no nos puede forzar no más. Nos dice que es precioso. Es bellísimo. Nuestra madre nos dice hijos míos, usted también pueden ser santos. Eso depende de ustedes. O sea, sin otros. De verdad lo deseamos. Si queremos vivir esa intimidad con Dios, esa alegría con Dios, esa unión con Dios, ese poder respirar, su espíritu, todos anhelamos estar cerca de Dios. Anhelamos de verdad sentir su amor, su presencia. Cerca de nosotros, pero tenemos que orar, orar muchísimo y se nos va á. Concederse dones, alegria de poder respirar su espirit no es fácil, es lento, es es día á dia es la conversion de dia, á dia, pero pero vamos a llegar a poder sentir esa dulzura. Ese amor, esa preciosidad que es la santidad que nos dicen nuestra madre, hijos míos, vds también pueden ser santos. Eso depender de vds santos son aquellos que aman sin medida al padre celestial. Si allá nos está diciendo, nuestra madre no es difícil, la santidad no más es decidirnos por amar de verdad con toda nuestra alma, con toda nuestra mente, con toda nuestras fuerzas y todo nuestro corazón. Adios á nuestro padre amoroso, nuestro padre del cielo. Nuestra madre nos dice santos son aquellos que aman sin medida al padre celestial, aquellos que lo aman sobre todas las cosas. O sea que lo buscamos, que lo ponemos en el primer lugar que nos esforzamos por hacer nuestras oraciones por vivir los mensajes de nuestra madre. Nuestra madre nos dijo el de octubre de queridos hijos. Si ustedes viven los mensajes, vivirán la semilla de la santidad como vuestra madre. Yo deseo llamarlos á todos, á la santidad para que ustedes puedan comunicarla a otros. Ustedes son un espejo. Para los demas. O sea, nosotros somos un espejo para los demas. Nosotros podemos comunicar este amor, esa dulzura, esa belleza que está en amar, á Dios, sin medida buscarlo, á él en los sacramentos en el sacramento de le eucaristía en el sacramento de la reconciliación. Buscarlo él á la lectura de la biblia en su palabra. Buscarlo él en la adoración al santísimo en la en la oración del santísimo rosario. Buscarlo, á él en nuestros pequeños sacrificios. Nuestra madre nos dijo en un mensaje, ofrezcan. Pequeños sacrificios personales para que puedan llegar á la santidad. Necesitamos renunciar á muchas cosas que nos alejan de Dios. Necesitamos renunciar á veces eso cuesta trabajo y es doloroso, pero nuestra madre nos ha dicho que vamos a poder entender la verdad de esas pequeñas renuncias para na ser dulzura para nosotros después. Nuestra madre nos dice en el mensaje de tur los que los santos sean para ustedes intercesores y ejemplo á, imitar y á. Pensemos en los santos. Ellos también retuvieron que renunciar a muchas de las cosas que querian, sobre todo muchas de esas cosas materiales que los alejaban de Dios. Pero decidieron hacerlo. Fueron valientes y prefirieron poner á Dios en el primer lugar y dejar aquel aquello, aquellas cosas materiales que el mundo les ofrecia por una un regalo mejor, un premio mejor, un una recompensa mejor que es Dios. En nuestros corazones, vivir cerca de él. Él no nos va á fallar. Él va á estar siempre cerca de nosotros y en este tiempo, tiene nuestra madre aqui con nosotros para que nos lleve ella por ese camino precioso de la santidad.