Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
El Mundo Tiene Mucha Necesidad De Sus Oraciones Para Que Las Almas Se Conviertan.
Nuestra Madre, en esta reflexión, nos recuerda que el mundo tiene una profunda sed y necesidad de nuestras oraciones. Con ternura, nos invita a ofrecérselas por la conversión de las almas.
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Vamos a reflexionar hoy en un mensaje hermoso de nuestra madre del 2 de septiembre del 2009, donde nuestra madre nos pide oraciones. Nuestra madre nos dice claramente que necesita de cada uno de nosotros. porque el mundo tiene mucha necesidad de nuestras oraciones. Nuestra madre empieza por decirnos el 2 de septiembre del 2019. Queridos hijos, recen el rosario cada día. Esa corona de flores que me enlaza directamente como madre con sus dolores, sufrimientos, deseos y esperanzas. Apóstoles de mi amor. Estoy con ustedes por la gracia y el amor de mi hijo y les pido oraciones. El mundo tiene mucha necesidad de sus oraciones para que las almas se conviertan. Para esto vamos a recordar que el veinticinco de marzo del dos mil veinticinco nuestra madre nos pide nuestras oraciones, sufrimientos, lágrimas, que todos se lo ofrezcamos a ella, lo pongamos en sus manos para que ella pueda ofrecérselo a su hijo Jesús para que todos los corazones que están alejados de su hijo Jesús regresen a él. Vamos entonces a ir desglosando este mensaje hermoso de nuestra madre donde nuestra madre empieza por decirnos Oren, recen el rosario cada día. Esa corona de flores que me enlaza directamente como madre con ustedes. Aquí nuestra madre nos está revelando algo muy hermoso y de verdad místico. El rosario como un puente vivo entre nosotros y ella. Como un lazo de amor que la une a nuestra humanidad más real y vulnerable. Cuando decimos que el rosario es un puente, hablamos de algo que une dos realidades. Nuestras luchas, cansancio, heridas y deseos, y la de nuestra madre. llena de gracia, paz, ternura, y cercanía con Dios. Cada vez que rezamos el rosario, ella se hace presente es un encuentro real donde nosotros hablamos con ella y ella responde con su presencia silenciosa, pero poderosa. Cuando decimos, Dios te salve, María, no hablamos al aire. Cada vez que pronunciamos su nombre, ella escucha. Cada palabra tiene eco en el cielo. No importa si estamos cansados, distraídos. O rotos por dentro. Ese nudo que hacemos con el alma se mantiene. María no lo deshace por nuestras debilidades. Al contrario, lo refuerza con su amor fiel, dulce, tierno. Y ese lazo no se rompe. Si un día nos rezamos con fervor, si sentimos sequedad o si arrastramos el rosario sin ganas, ese lazo sigue ahí. María no lo suelta porque cada nudo de amor que hemos hecho con ella queda grabado en su corazón. Y cuando más lo necesitamos, ese lazo invisible es el que nos sostiene, nos levanta y nos recuerda que no estamos solos. Y luego nuestra madre continúa diciendo, Apóstoles de mi amor, estoy con ustedes por la gracia y el amor de mi hijo. Aquí nuestra madre nos está diciendo que está Está con nosotros, no por mérito nuestro, sino por la gracia de su hijo, es decir, su presencia en Medjugorje, sus mensajes, su cercanía materna, son un regalo del corazón de Cristo. Y eso lo cambia todo. No estamos solos. Ella está con nosotros en esta misión. Y al final nos dice nuestra madre, y les pido oraciones. La madre de Dios, la reina del cielo, nos pide algo tan sencillo y tan profundo. Oraciones. No es una súplica sin sentido. Es una petición urgente porque nuestras oraciones tienen poder. Ella podría actuar sola, pero el amor de Dios siempre respeta nuestra libertad y desea nuestra colaboración. Somos parte de su plan para la salvación del mundo, como ya lo hemos venido repitiendo. Nuestra madre nos dice, el mundo tiene mucha necesidad de sus oraciones para que las almas se conviertan. O sea, muchas almas están perdidas, frías, heridas, alejadas de Dios, y nuestra madre no está buscando grandes acciones, sino oraciones sinceras, nacidas de nuestro corazón. Ella nos revela algo muy grande. Nuestras oraciones, cuando son ofrecidas con amor y fe, pueden abrir el camino a la conversión de almas. Eso es impresionante. Quizá nunca conozcamos en esta vida cuántas conversiones han sucedido gracias a una oración sencilla que hicimos en silencio.