Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
Levanten Sus Manos, Anhelen A Jesús, Porque En Su Resurrección Él Quiere llenarlos De Gracias.
En esta reflexión, nuestra Madre nos invita a abrir el corazón al Resucitado. Jesús está vivo, y desde su victoria quiere llenarnos de gracias. Solo nos pide que anhelemos, que levantemos nuestras manos y dejemos que su amor nos transforme.
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Vamos á reflexionar en un mensaje hermosísimo de nuestra madre del de abril de nuestra madre nos dice queridos hijos, levanten sus manos anhelen á Jesús, porque en su resurrección, él quiere llenarlos de gracias, entusiasmase con la resurrección. Todos nosotros en el cielo estamos felices, pero buscamos la alegría de sus corazones. Gracias por haber respondido á mi llamado de verdad es un mensaje. Hermoso mensaje. Maravilloso mensaje que toca el alma y nuestra madre con palabras llenas de cielo nos hace una súplica de amor. Levanten sus manos anhelen, á Jesús, porque en su resurrección, él quiere llenarlos de gracias. No es solo una frase, es una llamada urgente al corazón. Levantar las manos. Es un gesto de entrega de confianza de apertura es decirle a Dios aqui estoy vacío necesitado con sed de tí y la virgen nos suplica que lo hagamos porque Jesús, desde su resurrección, no quiere guardarse nada. Quiere llenarnos de gracias. Gracias. Que sanan que levantan que da nueva vida. Pero esas gracias sólo pueden caer sobre almas abiertas que anhelan que desean. Por eso ella nos dice anhelen, á Jesús, porque el anhelo verdadero mueve el cielo, abre las puertas del alma y permite que la gracia se derrame. Y en seguida nos vuelve á hablar con fuerza entusiasmase con la resurrección. Es como si nos dijera vivan resucitados, vivan encendidos. Porque entusiasmarse no es solo alegrarse, es mucho más. Viene de una palabra griega que significa tener á Dios dentro. Y qué significa tener á Dios dentro, tener á Dios dentro es dejar que su presencia habite todo lo que somos los pensamientos, las heridas. Las decisiones. La esperanza es vivir sabiendo que no estamos solos. Es caminar con la certeza de que el amor no sostiene. Y cuando el alma se deja llenar así, la resurrección deja de ser un recuerdo y se convierte en una realidad viva que transforma todo. Por eso la virgen insiste porque muchos viven apagados con corazones dormidos. Sin levantar las manos sin alelar sin entusiasmo. Y ella lo ve todo desde el cielo y no puede quedarse callada. Nos ama demasiado. Ella sabe que Jesús quiere darnos la gracia del perdón que libera la gracia de la esperanza que levanta la gracia del amor, que no se apaga la gracia de la vida nueva que resucita lo que parecía muerto. Y por eso necesita que escuchemos porque su deseo no es solo que sepamos, es que vivamos que vivamos resucitados encendidos, entusiasmados con su hijo, llenos de ese Dios que quiere habitar en nosotros hoy, nuestra madre nos suplica. No dejen pasar este momento. Levanten sus manos anhelen. Jesús está vivo. Déjense llenar por él y al final. Ella agrega algo que rompe cualquier distancia entre el cielo y la tierra. Nos dice todos nosotros en el cielo estamos felices, cuando la virgen nos dice todos nosotros, nosotros nos podemos preguntar quiénes son todos nosotros? Ó sea quien se refiere, á la virgen cuando dice. Todos nosotros en el cielo. No es solo nuestra madre y Jesús son todos. Es el padre celestial, el espíritu santo, los ángeles, los arcángeles de graes, los tronos, los santos, las almas redimidas que ya gozan del cielo. Es la gran familia celestial hermosa. Y aunque viven en una felicidad perfecta, no están indiferentes á nosotros. Nos aman, nos miran interceden y desean de verdad la alegría de nuestros corazones, porque un padre no se alegra plenamente. Si su hijo está triste, porque el amor que habita en el cielo no es egoísta ni indiferente, es un amor que busca que se inclina, que no descansa hasta vernos vivir también nosotros, la alegría que ellos ya viven.