Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
Queridos Hijos, Los Vientos Del Desasosiego, Del Egoismo Y Del Pecado Están Apoderándose De Muchos Corazones.
En esta reflexión, nuestra Madre nos advierte con amor sobre los vientos que quieren sacudir los corazones, alejándolos de Dios y llevándolos a la desolación
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Vamos hoy á reflexionar en un mensaje hermoso á nuestra madre que nos dió el de abril del un mensaje precioso. Un mensaje donde nuestra madre. Nos llama abrir nuestros corazones. Pero antes de empezar a reflexionar en ese mensaje precioso de nuestra madre. Quiero que le demos gracias al altísimo por el regalo inmenso que nuestra madre siga aquí con nosotros ya por casi 44 años, tomándonos de la mano y es porque el altísimo así lo desea. Nuestra madre en el mensaje del de junio del 1011, nos dijo, queridos hijos, agradezcan conmigo el altísimo por mi presencia entre ustedes. Y hoy hacemos nuestro s. Este llamado. Reconocemos con gratitud que María está aquí porque Dios en su amor infinito, asi lo ha querido, y que su presencia es una luz en medio de este mundo herido. Con el corazón agradecido. Abrimos ahora nuestra alma para recibir el mensaje que empieza por decirnos. Queridos hijos, los vientos del desasosiego, del egoísmo y del pecado están apoderándose de muchos corazones y los conducen á la desolación y á la perdición por esos viejitos. Los invito, regresen á Dios y á la oración para que se sientan bien en sus corazones y en la tierra en la que viven. Los amo hijitos y por eso no me canso de llamarlos. Á la conversión. Gracias por haber respondido. Ha mi llamado hoy. Vamos á detenernos solamente en la primera parte de este mensaje donde la virgen nos dice los vientos del desasosiego, del egoismo y del pecado están apoderándose de muchos corazones y los conducen a la perdición y a la desolación. Primeramente, nuestra madre nos habla de vientos. El viento no se ve, pero se siente. Puede ser una brisa que acaricia ó una tormenta que arrasa así también en el mundo espiritual hay vientos que son soplos de Dios, como el viento suave del espíritu santo, pero también hay vientos que vienen del mal que soplan para desestabilizar el alma, para sacudirla, para arrancarla de Dios. Es de estos vientos peligrosos de los que hoy nos advierte la virgen vientos de desasosiego, de egoísmo y de pecado. El primero que menciona es el viento del desasosiego, y el desasosiego es la pérdida profunda de la paz interior. Es esa agitación del corazón que ya no sabe descansar en Dios. Cuando falta la confianza en el señor, el alma se llena de inquietud de ansiedad de angustia. El desasosiego empuja las personas á buscar respuestas rápidas, soluciones humanas, caminos de evasión, pero todo eso deja el corazón aun más vacío. El alma que vive en desasosiego ha perdido su ancla, su seguridad, su descanso en el amor de Dios. Luego viene el viento del egoísmo. El egoismo es cerrar el corazón, á Dios y á los demás es poner al cho en el centro de todo mis deseos, mis planes, mis intereses. Cuando el egoismo se instala, el alma se vuelve fría, indiferente, incapaz de compadecerse, incapaz de salir de sí misma para amar el egoismo, endurece el corazón, lo hace insensible al sufrimiento ajeno y á las mociones de Dios. Y finalmente el viento del pecado. El pecado es la ruptura con Dios, el rechazo de su amor y de su voluntad. Cada pecado es como un paso más lejos de la fuente de la vida. El pecado oscurece la mente, endurece el corazón y encadena el alma haciéndola caminar en tinieblas. Cuando el pecado se apodera del corazón, la persona empieza á justificar el mal, á perder la sensibilidad ante la voz de la conciencia. A vivir como si Dios no existiera estos vientos dice la virgen. Se están apoderando de muchos corazones. Ya no es algo externo. Entran dentro, dominan, toman posesión de la voluntad de los pensamientos y de los sentimientos. Y cuál es el resultado? La desolación y la perdición. La desolación es la soledad profunda del alma sin Dios. Es la sensación de vacío existencial de tristeza sin consuelo de desesperanza. Es la aridez espiritual, la oscuridad interior, donde todo parece sin sentido, donde el alma no encuentra reposo ni alegría verdadera. Y la perdición, es el alejamiento total de Dios. La muerte espiritual que comienza aquí en la tierra. Y que si no hay conversión culminan, la condenación eterna, la perdición no es simplemente estar mal en esta vida, es perderse para siempre, lejos del amor, de la luz y de la vida de Dios. Es la tragedia de quien ha rechazado el llamado del amor hasta el final de sus días. Por eso la virgen nos habla hoy con tanta urgencia y con tanto amor, no para asustarnos, sino para despertarnos, para que abramos los ojos. Miremos nuestro corazón con verdad y nos decidamos á permanecer firmes. Aferrados á Dios, nuestro único refugio seguro hoy es un día para escuchar su voz y volver al único lugar donde el alma encuentra descanso el corazón de Dios. Hoy a través de este mensaje, nuestra madre nos recuerda que no estamos solos en la lucha. Ella ve los vientos que quieren sacudirnos, pero también ve nuestro deseo de permanecer fieles. Y la virgen nos dice hoy al corazón hijitos, no tengan miedo. Estoy con ustedes. Permanezcan firmes en el amor de mi hijo cada vez que caigan levántase cada vez que dude en reen cada vez que sientan desolación, búsquenme y yo lo llevo de la mano hacia el corazón. De Dios.