Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
Por Eso, Hijitos, Los invito: Regresen A Dios Y A La Oración.
En esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que sin Dios y sin oración el alma se debilita, y nos llama con ternura a regresar a la fuente de la vida y del amor.
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á continuar reflexionando en el mensaje nuestra madre del de abril del pero antes de entrar en ese mensaje. Quiero que nos detengamos un momento á meditar en otro mensaje muy especial que nuestra madre nos dió el de mayo del el de mayo del nuestra madre nos dijo. Queridos hijos. El altísimo me ha permitido invitarlos de nuevo, á la conversión hijitos. Abran sus corazones á la gracia, á la que están todos invitados. Si nos damos cuenta, nuestra madre empieza este mensaje diciéndonos que el altísimo le ha permitido invitarnos de nuevo, á la conversión en el mensaje que estamos reflexionando esta semana del de abril del ella. Cierra diciéndonos los amo hijitos y por eso no me canso de llamarlos a la conversión. Es el mismo llamado de amor que atraviesa los años. Es el mismo latido del corazón de nuestra madre que no se rinde, que no se cansa, que sigue luchando por cada uno de nosotros. Ella enviada por el altísimo viene una y otra vez á tocar la puerta de nuestro corazon corazón, á recordar que la conversion no es algo de un solo día, sino un camino diario. Un volver constante, á Dios, un renacer de su mano. Y hoy cómo entonces nos vuelve a tender la mano y nos invita. Regresen a Dios, regresen a la oración. Nuestra madre nos recuerda que vivimos en un mundo inquieto sacudido por los vientos del desasosiego, del egoismo y del pecado. Ella nos llama á no dejarnos arrastrar por la confusión y el vacío, sino á abrir el corazón á la gracia que Dios nos ofrece á través de ella. Y en el mensaje que seguimos reflexionando de esta semana del de abril del 1025, nuestra madre no dice con ternura y firmeza. Por eso hijitos, los invito, regresen á Dios y á la oración. Cuando nuestra madre nos dice regresen á Dios y á la oración nos está diciendo que regresar á Dios es volver á la fuente de nuestra vida al origen de nuestro ser al amor que nunca nos ha dejado de amar, aunque nosotros hayamos estado distraídos heridos ó perdidos. Regresar á Dios es recordar que fuimos creados por amor y para el amor que no estamos hechos para caminar solos, sino para vivir unidos á aquél que es la vida misma. Es reconocer que Dios nunca nos ha olvidado. Nunca nos ha abandonado ni un solo instante, aunque nosotros, á veces hayamos caminado lejos de su corazón. Volver á Dios es permitir que ese amor eterno y fiel vuelva á tocar nuestro corazón nos despierte del adormecimiento, nos sane de las heridas, nos abrace en nuestras soledades. No hay paso mas importante ni más urgente que éste volver á aquél que nos amo primero, que nos ama ahora y que nos amará siempre. Nuestra madre también nos invita á regresar á la oración. Por qué á la oración? Porque sin la oración, el alma se apaga. La oración es el puente que nos conecta con el cielo. Es en la oración donde el corazón escucha la voz de Dios, donde recibimos fuerza para vencer el mal donde bebemos la paz, que el mundo no puede dar. Sin oración, el alma se marchita. Se vuelve frágil, débil, confundida, vulnerable, á los vientos del mundo. La oración no es un deber, es una necesidad vital, así como el cuerpo necesita respirar. El alma necesita orar para no morir espiritualmente en la oración, Dios nos transforma, nos guía, nos consuela en la oración, el alma se fortalece, el corazón se purifica y la esperanza renace. Por eso, María nos suplica. Regresen á la oración. Porque sin ella, el alma se pierde y con ella el alma florece hoy, nuestra madre nos extiende su mano y nos dice al corazón hijitos, no tengan miedo, regresen á Dios, regresen á la oración. Yo estoy con ustedes y los llevo hacia el corazón de mi hijo que hoy podamos dar ese paso pequeñito, pero decidido hacia el amor que nunca deja de esperarnos.