Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
Los Amo, Hijitos, Y por Eso No Me Canso de Llamarlos a La Conversión.
En esta reflexión, nuestra Madre nos habla desde lo más profundo de su corazón.
Nos ama con amor fiel y paciente, y por eso no se cansa de llamarnos. Cada llamado es una oportunidad para volver, porque la conversión es el camino al abrazo de Dios.
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Vamos á continuar reflexionando hoy en el mensaje nuestra madre 25 de abril del hoy llegamos a la parte final del mensaje. Y especialmente vamos á reflexionar en esa frase hermosa que nos dice nuestra madre, los amo hijitos. Y por eso no me canso de llamarlos á la conversión. Nuestra madre nos ama con un amor incansable. Su llamado a la conversión no nace de la exigencia, sino de un amor. Que no se rinde, que no se cansa, que no se aleja. Ella nos llama una y otra vez porque conoce la alegría que nos esperas y decimos que sí, su voz no nos acusa, no nos presiona, no nos obliga su voz es la del amor que espera que confía y que nunca deja de creer que podemos volver. Cuando nuestra madre nos llama á la conversión no nos está pidiendo simplemente que cambiemos de conducta, sino que cambiemos de dirección. Conversión es volver el corazón. Á Dios es dejar de caminar hacia lo que nos apaga y volver al que da vida es reconocer que sin Dios, el alma se debilita, se apaga, pero con él, el alma despierta, respira y vuelve á vivir convertirse es abrirle espacio á Dios es ponerlo en el primer lugar en el centro de todo lo que somos, de todo lo que pensamos de todo lo que hacemos conversión no es sólo cambiar hábitos, es dejar que Dios sea el centro de nuestra vida. Es permitirle á él, ordenar lo que está desordenado, sanar lo que está roto y abrazar lo que sentimos que no merece ser amado. María sabe que la verdadera paz comienza cuando Dios ocupa su lugar. Por eso no se cansa de llamarnos, á ese volver porque la conversión es el camino del alma que vuelve á casa. Y todo esto nace de tres palabras que parecen simples, pero encierran un universo. Los amo hijitos. Ese amor de María no es como cualquier amor. Es un amor que no se explica. Se siente, no se agota, se da, no se impone. Se ofrece con ternura y con fuerza. Cuando nuestra madre nos Que nos ama, no habla sólo de ternura, sino de un amor profundo, fiel y eterno. Ese amor de una madre que viene del cielo, pero que se inclina hasta nuestra pequeñez sin cansancio. Es un amor que no depende de lo que hacemos, sino de quienes somos para ella. Sus hijos nos ama cuando oramos y cuando no nos ama, cuando estamos de pie y cuando caemos, nos ama cuando la escuchamos. Y también cuando la ignoramos. Y por eso, porque nos ama con amor verdadero, no se cansa de llamarnos su llamado á la conversión no es un reproche, es una súplica de amor. Ella sabe que sólo volviendo á Dios, nuestro corazón puede sanar. Nuestra vida puede volver á tener sentido, y nuestra alma puede vivir en la paz para la que fue creada. Si mariano se cansa de llamarnos, que nosotros no nos cansemos de volver porque estas palabras de nuestra madre lo dicen todo, los da amo hijitos. Y por eso no me canso de llamarlos. Ha la conversión un amor que no se rinde, un llamado que nos quiere ver en paz sanos y en Dios que ese amor nos toque hoy. Y que su llamado nos encuentre dispuestos a volver.