Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje

El Altísimo Me Permite Estar En Medio De Ustedes, Para Orar Por Ustedes, Para Ser Su Madre Y Su Refugio.

Paty Gallego Season 3 Episode 87

En esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que está viva, presente y muy cerca. Enviada por el Altísimo, viene como Madre, intercesora y Refugio para cada uno de nosotros. Descubre cómo su presencia es un don que sostiene, consuela y transforma el corazón

Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy comenzamos un nuevo mes, un mes hermoso porque no es cualquier mes, es mayo. Es mes en que el cielo nos invita á mirar con más ternura con más atención, á aquella que Dios mismo ha querido enviarnos como madre intercesora y refugio. Vamos á reflexionar hoy en dos mensajes de nuestra madre donde nos recuerdan este inmenso regalo en el mensaje. El de junio del nuestra madre nos dice querido heridos, hijos, el altísimo me permite estar en medio de ustedes para orar por ustedes, para ser su madre y su refugio. Y luego en el mensaje, el de julio del un mensaje hermoso también que nos llena de consuelo con estas palabras que nuestra madre nos dice, queridos hijos, mi presencia viva y real entre ustedes tiene que hacerlos felices debido al gran amor de mi hijo. Es indescriptible, es misteriosa. Pero es real. Os esa presencia de nuestra madre es indescriptible de verdades. Ser hermosa es maravillosa misteriosa, como dice ella, pero real verdadera está con nosotros. No estamos solos. Nuestra madre está entre nosotros, no como figura decorativa, sino como presencia viva real y enviada por el altísimo. Ella misma nos lo dice el altísimo me permite estar en medio de ustedes. Su presencia no es algo común, es un regalo del cielo. Una gracia tan grande que no podemos recibir con indiferencia no es algo que debamos ver como normal ó automático, sino como un privilegio inmenso que merece nuestro asombro, nuestra gratitud y una respuesta de amor. Nuestra madre viene con una misión clara y hermosa. Primero, orar por ti, orar por mí. Nuestra madre no sólo nos pide que recemos ella misma. Ora por ti. Ora con el corazón de madre con lágrimas de amor con la urgencia de quien ama sin medida. Cuando tú te sientes débil. Ella está orando por tu fortaleza. Cuando te cuesta creer, ella está intercediendo por tu fe. Cuando no sabes qué pedir, ella ya está presentando tus necesidades al corazón de su hijo. María no intercede con palabras frías ó automáticas, sino con el lenguaje del amor del silencio que suplica de la entrega que toca el cielo. Ruego á por ti ante su hijo, Jesús, pero también al padre celestial recordándole que eres su hijo, su hija, que lleva su sello desde el bautismo que eres amado. Aunque muchas veces lo olvides, su oración es constante, es confiada y es poderosa porque está unida. Á la voluntad de Dios. II. Ella viene con la misión de ser nuestra madre. La que te cuida, te guía y te abrasa la que nunca se cansa de buscarte, ni cuando te escondes, ni cuando te alejas. Cuántas veces nos ha dicho con ternura? Los amo hijitos. Ese amor no es una frase bonita. Es real, es fie, es, es profunda. María nos ama como nadie más puede amarnos. Nos ama con el amor más puro, más paciente, más incondicional. Nos ama con ese amor que no se explica con palabras que sólo se puede sentir como un calorcito en el alma, como un descanso interior, como una paz que abrasa y no suelta. Es una madre que no se rinde con nosotros que cree en nosotros que camina á nuestro lado, incluso cuando nosotros no. La vemos. Su amor no se impone, se ofrece, se queda y nos espera con los brazos abiertos. Y tercero, ella viene para ser nuestro refugio. María es el lugar seguro al que puedes correr cuando ya no puedes más. Cuando estás herido, confundido, cansado, ó agobiado por todo lo que pasa en el mundo, ella viene á orar por nosotros, á interceder por nosotros. A rogar por nosotros. Viene como madre, como intercesora, y también como ese refugio de paz que tanto necesitamos, especialmente en ese tiempo tan especial que está viviendo en la iglesia y el mundo. Un refugio no es solo un lugar donde esconderse, es donde el alma puede respirar, descansar y volver, á encontrar sentido, fuerza y esperanza, y ese lugar. Es el corazón de nuestra madre que nos ama tanto.