Ustedes, Hijitos,Son Llamados A Ser Amor Y Oración.

Nuestra Madre, en esta reflexión, nos llama con ternura a vivir el amor y la oración, no solo con palabras, sino con la vida. Porque así, incluso en medio del desasosiego, el alma encuentra paz.

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar en un mensaje hermoso. Un mensaje lleno de luz, un mensaje que nos invita á mirar el mundo con esperanza y á vivir con el corazon en alto. Ó sea mirar el mundo con esperanza no es cerrar los ojos al dolor ó al caos, sino aprender á ver con los ojos de Dios, creer que el bien es mas fuerte que su misericordia está viva y que nada escapa de su amor. Y vivir con el corazón en alto es no dejar que nuestra alma se hunda. Es levantar la mirada al cielo, vivir como hijos de la luz con el corazón confiado agradecidos. Y llenos de fe. Y es el mensaje del de abril del donde nuestra madre nos dice, queridos hijos, este es un tiempo de gracia, un tiempo de misericordia para cada uno de ustedes hijitos. No permitan que el viento del odio y del desasosiego reinan ustedes y á su alrededor. Ustedes hijitos son llamados hacer amor y oración. Que mensaje tan hermoso que fuerza tiene y qué ternura. Á la vez. María empieza recordándonos algo esencial. Este es un tiempo de gracia, un tiempo de misericordia. Eso significa que Dios no nos ha olvidado. No nos ha cerrado la puerta no ha dejado de buscarnos. Estamos en un tiempo en el que el cielo se acerca á la tierra. Y María nos llama despertar, á abrir los ojos, á aprovechar este momento y después nos advierte con amor. Y después nos advierte con amor. No permitan que el viento del odio y del desasosiego reinan ustedes. Esta imagen del viento del desasosiego aparece tambien en el mensaje del de abril del donde nos dice los vientos del desasosiego del egoismo y del pecado están apoderándose de muchos corazones y los conducen á la desolación y á la perdicion. Qué impresionante que seis años despues, Maria, vuelva á hablarnos de los mismos vientos. Es como si nos dijera hijos míos, todavía soplan, pero no los dejen entrar en su alma. El desasosiego es ese malestar interior que no tiene forma que inquieta que enreda, que debilita. Y María no nos habla de esto para asustarnos, sino para mostrarnos con ternura el camino que debemos seguir, el amor y la oración. Y esas dos palabras no son sólo buenas intenciones. Son un estilo de vida. Qué significa ser amor? Significa dejar que el amor de Dios te transforme por dentro y luego convertirte tú en reflejo de ese amor. Ser amor es ser paz donde hay atención, ser paciencia de donde hay impaciencia. Ser ternura donde hay dureza, ser luz donde hay confusión es vivir cada día con la conciencia de que tus palabras, tu presencia, tu manera de mirar y tratar á los demás pueden ser canal de Dios para alguien. Y qué significa ser oración? No sólo rezar, ser oraciones es tener el alma abierta, á Dios todo el día. Es tener el corazón vuelto hacia él, buscarlo en medio de lo cotidiano. Levantar una mirada al cielo en silencio ó simplemente decirle desde dentro. Aquí estoy, señor, te pertenezco ser oraciones, vivir conectados, á Dios, aunque estemos lavando platos trabajando. Cuidando caminando es hacer de la vida un diálogo con él. Eso es lo que María nos pide. No es una perfección inalcanzable, sino una vida vivida desde el amor y en oración constante.