Los Invito Al Anuncio De La Verdad Y Del Amor Misericordioso.

En esta reflexión, nuestra Madre nos confía una misión poderosa: anunciar la verdad que salva y el amor misericordioso que transforma. No con palabras vacías, sino con una vida entregada, humilde y llena de luz. Porque, como ella nos dice, solo los que son puros, humildes y llenos de amor sostienen el mundo.

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Ven espiritu santo llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espiritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar en otro mensaje hermoso de nuestra madre del de mayo del donde nuestra madre nos habla con fuerza. Y ternura impresionantes. Nuestra madre nos dice, queridos hijos, los invitó á orar no pidiendo, sino ofreciendo sacrificios sacrificándose. Los invito al anuncio de la verdad y del amor misericordioso. Oro á mi hijo por ustedes. Por su fe que en sus corazones disminuye cada vez más. Le pido á él que los ayude con el espíritu divino, como también yo deseo ayudarlos con el espíritu materno. Hijos míos deben ser mejores solo los que son puros, humildes y llenos de amor sostienen el mundo. Se salvan á sí mismos y al mundo. Hijos míos, mi hijo es el corazón del mundo. Es necesario amarlo y or á él y no traicionarlo siempre de nuevo. Por eso ustedes, apóstoles de mi amor, difundan la fe en los corazones de los hombres con vuestro ejemplo, con la oración y con el amor misericordioso, yo estoy á vuestro lado y los ayudaré. cuando la virgen nos dice los invito al anuncio de la verdad y del amor misericordioso. Nuestra madre nos está llamando á algo profundamente transformador. No es solo un anuncio con palabras, es un testimonio con la vida, con el alma, con el corazón lleno de Dios. Y cuál es esa verdad que debemos anunciar? La verdad es Cristo mismo. Es la verdad de que somos amados por un Dios que nos creó, nos redimió y nos espera con un amor eterno. Es la verdad de que la vida tiene sentido, que el mal no tiene la última palabra que hay esperanza, que Dios no nos ha dejado solos. Es la verdad que ilumina el alma y responde á las preguntas más hondas del corazón humano. Quién soy? Para qué estoy aquí? Qué sentido tiene el dolor? Esa verdad es que Dios es amor. Y ese amor tiene un rostro. Jesús y qué es ese amor misericordioso que también debemos anunciar? El amor misericordioso es ese amor que no se cansa de perdonar. Es el amor que no nos ama por ser buenos, sino que nos hace buenos al amarnos. Es el amor que se inclina hacia nuestra miseria, que sana lo herido, cura lo roto, le levanta lo caído. Ese amor es Jesús en la cruz, diciendo padre perdónalo. Ese amor es el que te abrasa cuando nadie te entiende. Es el que espera por ti cada día, aunque tú no lo busques. Y la virgen que conoce ese amor en lo más profundo nos invita á anunciarlo cómo con nuestra paciencia, con nuestra ternura, con nuestro perdón, á los que nos fallan. Con una vida que refleje que creemos en ese Dios que ama con locura. Cuando la virgen nos dice los invito al anuncio del amor y de la verdad misericordioso, nos está confiando una misión bellísima y urgente. Ser luz en medio de la confusión, ser refugio en medio de tanta dureza, ser puentes de Dios hacia los demás, con nuestras palabras, sí, pero sobre todo con nuestra forma de amar. Y luego viene la frase que estremece el alma. Sólo los que son puros, humildes y llenos de amor sostienen el mundo. Se salvan á sí mismos y al mundo. Qué dignidad, la que la virgen nos ha. Qué misión tan grande ser de los que con su pequeñez, su silencio, su amor fiel y humilde sostienen el mundo. Quizá nadie lo ve. Quizá el mundo no nos aplaude, pero el cielo los conoce los cuenta los espera y los necesita.