He Sido Creado Aquí Para La Eternidad.

En esta reflexión, nuestra Madre nos invita a orar con agradecimiento, a abrir el corazón y a reconocer el amor infinito con el que Dios nos ha creado… no para lo pasajero, sino para la eternidad.

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy, seguimos meditando sobre el agradecimiento, pero esta vez vamos más profundo. No sólo á dar gracias por tener á María con nosotros, sino á reconocer el amor infinito del padre que nos ha creado para la eternidad. La virgen nos dice en el mensaje del de septiembre del 1012, queridos hijos, mientras miran en la naturaleza, la riqueza de colores que el altísimo les da. Abran el corazón y oren con agradecimiento por todo el bien que tienen y digan. He sido creado aquí para la eternidad y anhelen las cosas celestiales porque Dios los ama con un amor infinito. Por eso él también me dió á ustedes solamente en Dios está vuestra paz y esperanza. Este mensaje es como una caricia del cielo. Maria nos está enseñando como mirar como orar como vivir. Nos invita á mirar la naturaleza. Sí, pero no con los ojos de rutina, sino con asombro, con ojos de fe. Cada color, cada detalle es un regalo del altísimo. Luego nos dice abran el corazón y oren con agradecimiento porque tenemos tanto bien, aunque á veces no lo veamos. Somos sostenidos por un padre que no se olvida de nosotros ni un segundo cada día es un milagro, pero lo más fuerte viene después. He sido creado aquí para la eternidad. Eso es para repetirlo con el alma. No somos un accidente, no estamos aquí por casualidad. Hemos sido creados con amor uno por uno por un Dios que desea compartir su eternidad con nosotros y para que no olvidemos cuán profundamente nos ama. La virgen nos dice por eso él también me dió á ustedes. Eso hay que subrayarlo en el alma. El padre nos ama tanto que nos regaló á su hija, la madre de Jesús, para que sea también nuestra madre. Esta reflexión es una invitación á mirar, á, agradecer y desear el cielo a darte cuenta de que tú, con tu nombre, con tu historia, has sido pensado para la eternidad. Y si Dios nos dio á María fué para que no nos perd diéramos en el camino fué para que su ternura materna nos conduzca hasta él.