Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
No Tengan Miedo, No Pierdan La Esperanza, Porque Mi Hijo Escucha A Su Madre.
Con esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que desea vernos en paz y con el alma limpia, para que podamos ver el rostro de su Hijo. Ella conoce nuestra sed de consuelo y esperanza, y le dice a Jesús: “Ayúdalos siempre”. No tengas miedo. Jesús escucha a su Madre.
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi a tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar en un mensaje de la virgen que toca el corazón en lo más profundo. Es del 18 de marzo del y en él, nuestra madre nos abre su alma de madre y nos comparte lo que más desea para nosotros. Nuestra madre empieza por decirnos queridos hijos. Mi deseo maternal es que sus corazones est estén llenos de paz y que sus almas sean puras para que en la presencia de mi hijo puedan ver su rostro. ese es el anhelo de una madre que nos ama. Nos conoce y nos espera. Porque qué más puede desear una madre para sus hijos que vivir en paz, tener el alma limpia y poder mirar cara a cara al amor. La paz que ella nos desea. No es una emoción pasajera, sino una paz profunda que sólo Dios puede dar una paz que ordena que reconcilia, que da sentido. Y la pureza del alma no es rigidez ni frialdad. Es transparencia interior, libertad del corazón. Humildad limpia que se deja amar. Y luego María nos revela por qué nos comprende tanto. Ella continua diciéndonos porque hijos míos, yo como madre, sé que están sedientos de consuelo, de esperanza y de protección. Ella ve tu sed, ve tus vacíos, ve lo que nadie más ve por eso ha venido á la tierra. Por eso ha estado con nosotros 44 años para acompañarnos, para darnos consuelo para guiarnos y nos dice algo más que toque el alma. Ustedes, hijos míos consciente ó inconscientemente buscan a mi hijo? Quizá no siempre lo decimos. Quizás no siempre lo entendemos. Pero en el fondo de cada tristeza de cada deseo, de cada amor verdadero, de cada anhelo de cada algo más estamos buscando á Jesús. Y entonces la virgen se nos muestra también como testigo del dolor y de la esperanza cuando nos dice también yo, mientras vivi en el tiempo terreno. Me alegraba, sufría y soportaba con paciencia los dolores hasta que mi hijo en toda su gloria los suprimió. Ella no habla desde un pedestal, sino desde su humanidad vivida con fe. Conoce la alegría, conoce el sufrimiento, conoce la espera y sabe que la gloria de su hijo transforma todo. Y ahí viene uno de los tesoros más hermosos de este mensaje. La intercesión de María que sigue suplicando por nosotros cada día. Cuando nos dice por eso digo, á mi hijo, ayúdanos, siempre te das cuenta. Ella no se cansa de pedir por ti. No se rinde, no se olvida cada día en cada herida, en cada momento en que no puedas más. María está diciendo á Jesús, ayúdanos. Y Jesús escucha, sí, Jesús escucha á su madre, como nos dijo también en el mensaje del de marzo del 1000. Queridos hijos, los miro en el padre celestial, miro vuestros pensamientos, vuestros dolores, vuestros sufrimientos y se los presento á mi hijo. No tengan miedo. No pierdan la esperanza porque mi hijo escucha á su madre durante 44 años, ha venido á recordarnos esto que no estamos solos. Que hay esperanza que su hijo es la respuesta á nuestra sed y que durante 44 años, ha venido á recordarnos esto que no estamos solos, que hay esperanza que su hijo es la respuesta á nuestra sed y que ella como madre camina con nosotros hasta verlo. Cara a cara.