Sean Mis Manos Extendidas De Amor Para Los Que Están En Tinieblas Y Buscan La Luz De Nuestro Dios.

En esta reflexión, nuestra Madre nos llama con amor a ser oración y sus manos extendidas de amor para los que están en tinieblas y buscan la luz de nuestro Dios. Nos recuerda que aún hay corazones heridos que anhelan regresar, y que con nuestro cariño, nuestra oración y nuestra fe sencilla, podemos ser luz en su oscuridad. Con María, podemos abrazarlos con ternura y guiarlos de regreso al Dios que los espera con los brazos abiertos.

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Ven espíritu santo, lleno los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor, envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos a reflexionar profundamente en el mensaje que la virgen María nos dió el de abril del un mensaje que lleva fuerza, verdad y mucho amor. Y lo hacemos a la luz del mensaje más reciente del de julio del donde la virgen nos suplica, que luchemos por la santidad de cada vida humana y nos advierte que Satanás quiere enmarañar nos con la cuerda del desasosiego y el odio. Ambos mensajes están íntimamente unidos. Los dos nos muestran la batalla espiritual que se libra hoy en el mundo, en nuestras familias y en nuestros propios corazones, Pero no lo hacen para asustarnos, sino para despertarnos, para abrirnos los ojos, para ayudarnos, á entender lo que verdaderamente está ocurriendo en nuestro tiempo y en lo profundo del alma. En el mensaje del de abril del la virgen nos dice queridos hijos. Estoy con ustedes para decirles que los amo y los animo á orar porque Satanás es fuerte y cada día sus fuerza es mayor á través de aquellos que eligieron la muerte y el odio. Ustedes hijito sean oración y mis manos extendidas de amor para todos aquellos que están en tinieblas y buscan la luz de nuestro Dios. Gracias por haber respondido á mi llamado este mensaje tiene dos partes clave muy profundas. La primera parte es advertencia clara, Satanás es fuerte y cada día sus fuerza es mayor á través de aquellos que eligieron la muerte y el odio aquí. La virgen nos está diciendo que hay personas que ya eligieron su bando, que han tomado partido que con su vida, con sus decisiones y sus actos han dicho. No quiero á Dios, no quiero la luz. No quiero el amor. Y al rechazar á Dios han elegido lo contrario. La muerte espiritual y el odio. Esos son los que ya no luchan. Ya no dudan, han entregado su alma al mal. Y Satanás actúa con más fuerza á través de ellos porque le han abierto el corazón por completo. Esto nos recuerda lo que la virgen nos dijo el de julio del. Satanás quieren enmarañar los con la cuerda del desasosiego y del odio no permitan que prevalezca, sino luen hijitos por la santidad de cada vida humana. Qué misericordia tan grande la del padre no nos deja solos, sino que envia á María para advertirnos, protegernos y mostrarnos el camino de regreso á la luz. Y aquí viene la segunda parte del mensaje, la parte más tierna y esperanzadora. Ustedes hijitos sean oración y mis manos extendidas de amor para todos aquellos que están en tinieblas y buscan la luz de nuestro Dios. Qué belleza, qué ternura tan grande. La virgen sabe que todavía hay muchos que están en la oscuridad, pero buscan la luz y para ellos, ella nos envía á ti y á mí nos llama ser sus manos, sus pies, su mirada, sus gestos de amor. Nos está diciendo ayúdenme, á rescatarlos. Esto nos revela una gran verdad. No basta con no estar en el bando del mal. Tenemos que hacer instrumentos activos del bien. Tenemos que ser oracion viva luz que ilumina manos que abrazan voz, que consuela testimonio que despierta esperanza en los corazones heridos. Por eso la virgen nos dice sean oración, no sólo reen, sino sean oraciones. Decir que nuestra vida entera esté unida. Á Dios, que cada gesto, palabra decisión esté impregnada de amor, sean mis manos extendidas. Ella quiere tocar corazones á través de tí. Quiere llegar á los que están perdidos, á través de tu ternura de tu testimonio de tu oración fiel. Esto no es sola. Una invitación es una misión que se nos da como iglesia viva como hijos de María. María es madre y como toda madre verdadera, no se aparta de sus hijos en la batalla. Estar con ella es estar bajo su manto, donde ninguna tiniebla puede alcanzarnos es estar en un refugio en medio del huracán. Es estar cerca del corazón que mas conoce el amor de Dios. Estar con María es estar al lado de la luz del amor de la verdad. Es tener una guía segura, una intercesora fiel, una protectora valiente que no se rinde nunca. Su oración atraviesa el cielo porque su hijo, Jesús siempre le escucha. Ella intercede sin cesar por cada uno de nosotros. Nos cubre, nos defiende, nos alienta. Y cuando estamos con ella, aunque haya oscuridad alrededor en el alma, brilla la esperanza porque mariano no sólo nos acompaña, sino también nos forma nos fortalece. Nos conduce á Jesús fuente de toda victoria.