En El Cielo, Ustedes Recibirán Del Padre La Recompensa Que Él Les Ha Prometido.

En esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que todo lo que nos pide —la oración, el Rosario, el abandono a Dios y la intercesión por los demás— tiene un solo fin: la salvación de las almas. Nos asegura que si oramos con fe y vivimos como verdaderos hijos de Dios, el enemigo no podrá tocarnos, y en el Cielo recibiremos la recompensa que el Padre nos ha prometido.

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Ven espíritu santo, llena a los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. En esta reflexión, vamos a meditar en el mensaje del de febrero de donde la virgen María nos pide tres cosas muy claras. Primero que nos abandonemos totalmente a Dios. Segundo que oremos, especialmente por aquellos que están bajo la influencia de Satanás. Tercero, que el rosario esté siempre en nuestras manos como signo para Satanás de que le pertenecemos a ella. Escuchemos ahora con atención y amor las palabras de nuestra madre, queridos hijos también hoy deseo invitarlo a la oración y al abandono total a Dios. Ustedes saben que yo los amo y es por amor que he venido aquí para mostrarles el camino de la paz y la salvación de sus almas. Yo deseo que ustedes me obedezcan y que no permitan a Satanás que los seduzca. Queridos hijos, Satanás es fuerte y por eso les pido sus oraciones y que me las ofrezcan por aquellos que están bajo su influencia para que sean salvados. Dé testimonio con sus vidas y ofrezcan sus vidas por la salvación del mundo. Yo estoy con ustedes y les doy las gracias en el cielo. Ustedes recibirán del padre la recompensa que él les ha prometido. Por tanto hijitos, no se preocupen si ustedes oran, Satanás no podrá ser nada contra ustedes porque ustedes son hijos de Dios y él cuida de ustedes. Oren. Que el rosario esté siempre en sus manos como signo para Satanás de que ustedes me pertenecen. Gracias por haber respondido a mi llamado. Este mensaje del de febrero de es un mensaje que está lleno de oro espiritual. Es un abrazo de la virgen que es al mismo tiempo. Ternura y estrategia de guerra espiritual. El núcleo, el corazón del mensaje. Lo más importante que la virgen quiere resaltar aquí es la salvación de nuestras almas. Todo lo que ella nos pide en este mensaje, la oración, el abandono a Dios, la intercesión por los demás y el rosario en nuestras manos tiene un solo fin, conducirnos a la paz y a la salvación eterna. Y aquí viene una promesa que es clave en el cielo. Ustedes recibirán del padre la promesa que él les ha prometido. Esa recompensa no es algo simbólico, es real. La alegría eterna de estar en su presencia de ver a Dios cara a cara de vivir en una paz que nunca se acaba y de abrazar a todas las almas que gracias a nuestras oraciones, sacrificios de amor, llegaron también a ese gozo eterno. Todo lo que hacemos aquí, todo lo que ofrecemos por amor, tendrá un eco para siempre en el cielo. Y nos pide confianza total en Dios. Si ustedes oran, Satanás no podrá hacer nada contra ustedes. Y cuál es esa confianza total? Es creer y vivir con la certeza de que somos hijos de Dios, que él nos ama profundamente, que nos cuida como el tesoro más valioso que tiene. Si oramos con esa certeza, si realmente creemos que nuestro padre es poderoso, que nos protege y que somos suyos, entonces Satanás no podrá tocarnos. Lo importante es creerlo de verdad no sólo de palabra. Tener fe firme y una relación viva con Dios es lo que nos hace invencibles frente al enemigo y también nos pide ofrecernos por los demás. Dar testimonio con nuestra vida y ofrecer nuestros sacrificios. Oraciones, por aquellos que están bajo la influencia de Satanás, muchos del ellos en lo profundo de su corazón. Sí, quieren volver a Dios, pero no saben cómo nuestra intercesión puede romper sus cadenas y abrirles el camino de regreso a la luz. Este mensaje es como si María nos dijera tomen mi mano, oren y no tengan miedo. Sean luz, sean testigos, sean oración, sean esperanza. El enemigo no podrá tocarlos.