Mi Hijo Los Ve Y Los Escucha. Nosotros Estamos Siempre Cerca De Ustedes

En esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que Jesús es la fuente de amor y de luz que vino para todos, y nos invita a vivir en humildad, a tener fe para abrir la puerta de los milagros, y a confiar plenamente en Dios sin perdernos en preguntas sin respuesta. Nos asegura que Ella y su Hijo siempre están cerca, escuchándonos y acompañándonos, y nos llama a que nuestras oraciones sean obras de amor que alegren su corazón.

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar en un mensaje extraordinariamente hermoso que nuestra madre nos dio el 2 de enero del donde nuestra madre empieza por decirnos. Queridos hijos. Mi hijo ha sido fuente de amor y de luz. Cuando en la tierra habló al pueblo de todos los pueblos apóstoles míos, sigan su luz. Esto no es fácil. Deben ser pequeños. Deben aprender a hacerse más pequeños que los otros y con la ayuda de la fe, llenarse de su amor. Ningún hombre en la tierra sin fe puede vivir una experiencia milagrosa. Yo estoy con ustedes. Me manifiesto á ustedes con estas venidas. Con estas palabras, deseo testimoniales mi amor y mi preocupación maternal. Hijos míos. No pierdan el tiempo haciendo preguntas á las que nunca recibirán respuesta. Al final de vuestro viaje terreno se las dará el padre celestial. Sepan siempre que Dios lo sabe todo, Dios ve y Dios ama mi amad, hijo, ilumina la vida y dispersa la oscuridad. Y mi amor materno que me trae á ustedes es indescriptible, misterioso, pero es real. Yo expreso mis sentimientos hacia ustedes. Amor, compasión y afecto maternal de ustedes. Apóstoles míos, busco las rosas de vuestra oración que deben ser obras de amor. Estas son para mi corazón maternal, las oraciones más queridas y yo se las presento á mi hijo que ha nacido por ustedes. El los ve y los escucha. Nosotros siempre estamos cerca de vd. Este es el amor que llama une. Convierta alienta y llena. Cuando nuestra madre nos dice mi hijo ha sido fuente de amor y de luz. Cuando en la tierra habló al pueblo de todos los pueblos, nos está recordando que Jesús vino á todos, á judíos griegos, romanos samaritanos, á toda persona sin distinción. El vino á enseñarles y á enseñarnos la verdad de Dios. Padre, que tenemos un padre hermoso, misericordioso grande que nos ama y nos quiere salvar Esa luz es la verdad de que no estamos solos, de que hay esperanza y que Dios es fiel á sus promesas. Luego nuestra madre nos dice deben aprender a hacerse más pequeños que los otros. Esto significa aprender la humildad práctica ceder en una discusión, pedir perdón, servir sin buscar. Aplausos poner el bien de los demás antes que el propio. Esa pequeñez abre el corazón para que la gracia de Dios actúe con más fuerza. Después viene una frase clave. Ningún hombre en la tierra sin fe puede vivir una experiencia milagrosa. La fe es la llave que abre la puerta de la acción de Dios. Esa experiencia milagrosa muchas veces no es algo visible, sino interior. Paz en medio de la tormenta. Esperanza en la tristeza, perdón donde hay rencor, fuerza cuando estamos débiles sin fe, ese milagro no sucede. María también nos dice yo estoy con ustedes. Me manifiesto á ustedes con estas venidas. Ella viene porque su amor y su preocupación maternal no tienen límites. Viene para que no nos distraiga el enemigo. Para que no nos aleje de la verdad para que no olvidemos que el cielo está abierto y que Dios actúa en nuestra vida hoy. Otro punto clave, no pierdan el tiempo haciendo preguntas á las que nunca recibirán respuesta al final de vuestro viaje terreno se las dará el padre celestial. Esto es un llamado á confiar, á dejar en manos de Dios lo que no entendemos y á creer que él todo lo sabe, lo ve y lo ama. Finalmente, María nos dice que busca las rosas de nuestra oración, que son obras de amor. Esto quiere decir que la oración que más agrada su corazón es aquella que se convierte en acción en gestos concretos de caridad en ayudar, consolar, perdonar y servir. Esa es la oración que ella presenta Jesús como un ramo de rosas con el perfume más hermoso. Este es un mensaje para vivirlo, para guardarlo en el corazón y para dejar que transforme nuestra manera de ver, de sentir y de amar.