Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje

No Juzguen A Nadie. Amen A Cada Uno Mediante El Amor De Mi Hijo.

Paty Gallego Season 3 Episode 175

En esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que el Padre siempre escucha a sus hijos y que Jesús nos invita a confiarle todo con amor. Nos llama a llevar en el corazón y en el pensamiento el rostro de su Hijo, a vivir del Evangelio que siempre es nuevo, y sobre todo, a custodiar nuestra alma —ese tesoro precioso— amando a los demás mediante el amor de Cristo

Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar en un mensaje hermosísimo de nuestra madre del de noviembre del en él. Mari nos abre el corazon corazón de Jesús para que descubramos tres grandes tesoros. Primero, la confianza total de Jesús en el padre celestial que siempre escucha. Segundo, el misterio de un corazón dentro de otro corazón donde palpitan amor, luz y vida. Y tercero, el llamado á custodiar nuestra alma. Lo más precioso que tenemos, nuestra madre empieza por decirnos queridos hijos, mi hijo amado siempre ha orado y glorificado al padre celestial. Siempre le ha dicho todo á él y ha confiado en su voluntad. Eso es lo que ustedes hijos míos también deberían hacer, porque el padre celestial siempre escucha á sus hijos, un corazón en un corazón, amor, luz y vida. El padre celestial se ha dado mediante un rostro humano, y ese rostro es el rostro de mi hijo. Ustedes apóstoles de mi amor siempre deberían llevar el rostro de mi hijo en vuestros corazones y en vuestros pensamientos. Siempre deberían pensar en su amor y en su sacrificio. Deberían orar de manera que siempre sientan su presencia porque apóstoles de mi amor. Esa es la forma de ayudar á todos aquellos que no conocen, á mi hijo, que no han conocido su amor. Hijos míos. Lean el libro del evangelio que siempre es algo nuevo. Es lo que los une. Á mi hijo, quien nació para llevar palabras de vida, á todos mis hijos y para sacrificarse por todos. Apóstoles de mi amor guiados por el amor de mi hijo. Lleven amor y paz á todos vuestros hermanos. No juzguen á nadie amen á cada uno mediante el amor de mi hijo. De esta manera estarán cuidando vuestra alma. Es lo mas precioso que verdaderamente les pertenece. Les doy las gracias. María nos revela como vivía Jesús en la tierra. Siempre hablándole al padre le decía todo, no se guardaba nada y confiaba plenamente en su voluntad y nos invita á hacer lo mismo. Eso es lo que ustedes deberían hacer. Dice nuestra madre, qué ternura. Pensar que el padre celestial siempre escucha, no es una á veces, no depende de cómo recemos. Siempre inclina su hu huido hacia nosotros porque somos sus hijos. Amados. Esta certeza nos llena de paz. Nunca estamos solos. Nunca hablamos al aire, siempre somos escuchados. Nuestra madre continua diciendo un corazón en un corazón, amor, luz y vida. Aquí está el secreto de nuestra unión con Dios. Nuestro corazón late dentro del suyo, su amor, su luz y su vida están sembrados en lo más hondo de nosotros. Cuando nos dirigimos al padre, en realidad vivimos un diálogo íntimo de corazón á corazón. No hablamos con un Dios lejano, sino con un Dios que habita en nosotros y que se nos ha dado en el rostro humano de Jesús. María nos dice. Siempre deberían llevar el rostro de mi hijo en vuestros corazones y en vuestros pensamientos. Ese rostro no es sólo un recuerdo, es una presencia viva. Pensar en su amor y en su sacrificio es dejar que su mirada se grave en nuestra alma. Así otros pueden reconocerlo en nosotros. Qué misión tan hermosa y tan grande nos regala nuestra madre convertirnos en reflejo. Vivo de su amor. Finalmente, la virgen concluye de esta manera estarán cuidando vuestra alma. Es lo más precioso que verdaderamente les pertenece. Nuestra alma es el tesoro donde Dios habita el lugar donde se juega la eternidad. Amar á los demás con el amor de Jesús, es custodiar esa preciosidad. Cada acto de amor verdadero protege y embellece nuestra alma haciéndola resplandecer ante Dios hoy nuestra madre nos recuerda confíen como Jesús confió en el padre. Dejen que su corazón lata dentro del de Dios, lleven el rostro de Cristo en su interior porque es el tesoro más precioso que tienen.