Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
Hijitos, Oren Con Todo El Corazón Para Que Se Realicen Mis Palabras.
En esta reflexión, la Virgen nos recuerda que sus palabras no son simples consejos humanos, sino que llevan dentro el amor de Dios, un amor que quiere salvarnos de ilusiones y hacernos resucitar en Cristo. Y nos pide que ese amor no quede en teoría, sino que se realice en nuestra vida concreta, a través de la oración del corazón, el ayuno, el sacrificio y el amor vivido día a día. Así, nuestras vidas se convierten en sus manos extendidas que llevan el amor de Dios a un mundo que tanto lo necesita.
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi a tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos a reflexionar en dos mensajes de nuestra madre que se iluminan mutuamente el del 2 de abril del y el del 25 de agosto del. En el 1000, nuestra madre nos dice con ternura y fuerza. Queridos hijos, el amor de Dios está en mis palabras. Es el amor que desea conducirlos, á la justicia y á la verdad es el amor que los quiere salvar de vuestras ilusiones. Y ustedes, hijos míos, vuestros corazones permanecen cados son duros, no responden á mis llamadas no son sinceros. Aquí. Nuestra madre nos recuerda que cada palabra aquella pronuncia lleva dentro el amor de Dios. Sus mensajes no son consejos humanos. Son gotas de amor del cielo que buscan llevarnos, á la verdad y á la justicia. Pero también nos confronta con la realidad. Muchas veces nuestros corazones están cerrados, endurecidos, distraídos en ilusiones que no nos dejan responder. María no nos dice esto para reprocharnos, sino para despertarnos con amor y hacernos ver que nos estamos perdiendo lo esencial. Ella añade con ternura. Ruego con corazón materno, porque quiero que todos ustedes resuciten en mi hijo. Estas palabras son un tesoro inmenso. Cuando María habla de resucitar en su hijo, no se refiere sólo al final de los tiempos, sino á que desde ahora vivamos una vida nueva en Cristo. Es dejar atrás lo que está muerto en nosotros, el pecado, la tristeza, las heridas, las cadenas, todo lo que nos apaga. Ella ruega por nosotros para que podamos experimentar esa renovación interior que solo Jesús puede dar. Resucitar en su hijo significa que nuestra vida cambie, que haya paz, donde había miedo que haya amor donde había rencor, que haya esperanza donde había desesperanza. María no quiere que sus mensajes se queden en teoría en bonitas palabras, sino que de verdad se transformen en vida nueva que se note que Cristo vive en nosotros. Y en el vuelve á unirlo con una invitación preciosa, queridos hijos, hijitos míos, amados míos, ustedes son elegidos porque han respondido. Han puesto en práctica mis indicaciones y aman á Dios sobre todas las cosas. Por eso hijitos oren con todo el corazón para que se realicen mis palabras. Hagan sacrificios, amen por amor á Dios que los ha creado y sean hijitos. Mis manos extendidas á este mundo que no ha conocido al Dios del amor. Aquí sentimos un abrazo de madre que nos agradece porque hemos respondido, pero al mismo tiempo, nos recuerda que falta un paso más, orar con todo el corazón para que sus palabras se hagan vida en nosotros. Ella nos dice no basta, escucharlas, tiene que cumplirse en tí, en mí, en nuestra vida concreta ayuno, oración, sacrificios y amor son el camino para que se cumpla lo que el cielo nos regala á través de ella. De esta manera, los dos mensajes se enlazan como un hilo precioso. El amor de Dios está en sus palabras, un amor que quiere salvarnos de ilusiones y hacer que resucitemos en Cristo. Y para que esto se cumpla, debemos abrir el corazón, orar con fuerza y decidirnos a vivir lo que María nos enseña. Así sus palabras se realizan y nuestra vida se convierte en manos extendidas que llevan el amor de Dios á un mundo que tanto lo necesita.