La Oración Es La Llave Secreta Para El Encuentro Con Dios.

En este mensaje, la Virgen nos enseña que la oración es la llave secreta del encuentro con Dios. Nos pide orar con perseverancia hasta que la oración se vuelva alegría, porque solo así el corazón se transforma y se llena de amor y de paz.

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy meditamos en el mensaje del de agosto del donde nuestra madre nos dice queridos hijos. Hoy los invito a ser personas de oración. Oren hasta que la oración se convierta en alegría para ustedes y en un encuentro con el altísimo. Qué ternura y qué sabiduría. En estas palabras, mariano recuerda que la oración no debe vivirse como una obligación, sino como un camino de alegria. Al principio cuesta, pero cuando el alma persevera, la oración se vuelve un encuentro gozoso con Dios. Se convierte en el momento más esperado del día donde el corazón reposa y el alma respira. Nuestra madre nos promete algo maravilloso. Él transformará su corazón y ustedes se convertirán en personas de amor y de paz. Esto significa que cuando oramos de verdad, el corazón cambia. La oración no sólo pide cosas. La oración transforma quien ora con el corazón. Empieza á amar como Jesús, á perdonar como él, á vivir en paz, aunque afuera haya tormenta, pero también nos advierte. Satanás es fuerte y desea alejarlos de la oración. El sabe que un alma que ora es un alma que pertenece á Dios, por eso intenta llenarnos de cansancio. Distracción. Ó desánimo nos susurra, no reces hoy. No importa, pero la virgen nos suplica. No deshitan de la oración. Cada vez que oramos, rompemos las cadenas del mal y abrimos el alma á la gracia. Y entonces llega la frase que encierra el tesoro del mensaje. La oración es la llave secreta del encuentro con Dios. Qué imagen tan bella? La oración abre las puertas que estaban cerradas. Abre el alma, la luz al consuelo, á la paz es la llave que nos introduce en la presencia el altísimo sin ella. El corazón se cierra. Y la fe enfría con ella. El alma florece. María termina diciéndonos estoy con ustedes para guiarlos. Ella ora con nosotros y por nosotros nos enseña cómo usar esa llave cada día con humildad, constancia y amor.