Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
Den Gracias A Dios Por Todos Los Dones Recibidos, Incluso Por Los Más Pequeños.
En esta reflexión la Virgen nos dice que demos gracias a Dios por todos los dones que hemos recibido, incluso por los más pequeños. Nos recuerda que nada es casualidad, que todo es regalo de Dios y que cuando agradecemos, el alma se abre a su amor y a su presencia. La Virgen desea que descubramos el gozo de agradecer y que, viviendo desde la gratitud, podamos crecer cada día en el camino de la santidad.
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy continuamos nuestra no. Espíritu de accion de gracias aprendiendo con la virgen Maria á vivir desde la gratitud profunda. Esa gratitud que reconoce los dones de Dios presentes cada día y que transforma el corazón. Hoy meditamos su mensaje del de septiembre de donde nuestra madre nos dice, queridos hijos hoy los invito á dar gracias, á Dios por todos los dones que ustedes han descubierto en el curso de sus vidas, incluso por el don más pequeño que hayan percibido. Yo doy gracias con ustedes y deseo que todos ustedes experimenten el gozo de estos dones y deseo que Dios lo sea todo para cada uno de ustedes. Y entonces, queridos hijos, ustedes podrán crecer continuamente en el camino de la santidad. Gracias por haber respondido á mi llamado la virgen. Hoy nos habla no sólo de agradecer por cosas externas, sino por los dones, esos regalos invisibles que Dios ha puesto en nuestra alma y que muchas veces pasamos por alto porque vivimos rápido, distraídos, sin conciencia espiritual. Hoy, María nos invita á mirar nuestra vida con ojos nuevos y á descubrir los dones que Dios ha puesto en nosotros. Muchos de ellos pasan desapercibidos porque son silenciosos, humildes, pero en ellos se esconde la presencia viva de Dios. Aquí están algunos de esos dones que ella nos pide reconocer el don de la fe, la fuerza para creer cuando todo parece oscuro y decir Jesús en tí, confío aun entre lágrimas, el don de la esperanza, la certeza interior de que después de cada noche siempre amanece el don del amor, la gracia de amar sin medida y perdonar incluso lo que dolió el don de servir la alegría de darse á los demás sin que nadie lo vea el don de escuchar con el corazón escucharnos sólo palabras, sino heridas y silencios. El don de consolar sentarse junto al que sufre y ser presencia de ternura el don de perdonar, romper cadenas y dejar que el alma respire el don de la amistad verdadera, alguien que te acompaña sostiene y abrasa el don de la confianza, descansar en la voluntad de Dios y sentir paz. El don de buscar á Dios, aun entre lágrimas, todos estos dones, incluso el más pequeño que hayamos percibido, son huellas del amor de Dios en nuestra vida. Cada done es un beso de Dios al alma. Cada done es un puente hacia el cielo. Cada done es la lluvia viva del amor de Dios dentro de nosotros. A veces creemos que no tenemos dones, que no valemos, que no somos suficientes. Pero cada alma es un tesoro único y cada don es una semilla del cielo. Por eso la virgen dice ven, gracias, é, incluso por el don más pequeño que hayan percibido. Porque para Dios lo pequeño no es pequeño en el reino de los cielos, lo pequeño es grande, lo oculto, es precioso. Y lo humilde es lo más amado. Ella dice yo doy gracias con ustedes. Qué misterio tan hermoso. La madre del hijo de Dios la llena de gracia se pone á nuestro lado para agradecer con nosotros al padre por los dones que él ha puesto en nuestra alma. Esto nos revela algo inmenso. Ella ve lo que nosotros no vemos. Reconoce lo que nosotros olvidamos. Celebra lo que nosotros despreciamos ó no valoramos. Y nos suplica que descubramos el gozo de los dones, porque cuando reconocemos un don, reconocemos á Dios, actuando en nuestra vida. Por eso dice deseo que todos ustedes experimenten el gozo de estos dones. Y qué es ese gozo? No es un sentimiento. Pasajero, es la alegría profunda de sabernos amados por Dios. Es la paz que nace del reconocimiento es la luz que brota dentro del alma. Cuando uno comprende, yo soy un milagro de Dios y todo es don.