Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje

Sin El Niño Jesús No Tienen La Ternura Ni El Sentimiento Del Cielo, Escondidos En El Recién Nacido.

Paty Gallego Season 3 Episode 239

En esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que todo el cielo, toda la ternura y toda la paz están escondidos en el Niño Jesús. Nos invita a vivir este Adviento con el corazón abierto, en oración, para que Él pueda nacer dentro de nosotros. Con su mensaje, María nos llama a trabajar en nuestra alma, reconciliarnos con Dios y dejarnos transformar por la gracia. Cuando acogemos al Niño Dios, nuestra vida se llena de la luz, la alegría y la esperanza que sólo Él puede dar.

Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy seguimos caminando este tiempo precioso de adviento de la mano de María. Y para profundizar, meditamos el mensaje que nuestra madre nos dio el 25 de noviembre del. Un mensaje tan actual como si hubiera sido dado hoy. La virgen nos dice, queridos hijos, este es un tiempo de amor, de afabilidad, de oración y de alegría. Oren hijitos para que el niño Jesús nazca en sus corazones. Abran sus corazones á Jesús, que se da á cada uno de ustedes. Dios me ha enviado á hacer alegria y esperanza. En este tiempo, aqui María nos describe lo que es el verdadero adviento. Un tiempo donde el amor se despierta, la afabilidad se hace virtud. La oración se vuelve el puente hacia Dios y la alegría nace de un corazón preparado para Jesús. Cuando la virgen dice oren para que el niño Jesús nazca en sus corazones. No habla de una metáfora bonita. Habla de un encuentro real. Jesús quieren hacer de verdad espiritualmente en lo más profundo de nuestra alma. Y para eso pide algo tan sencillo y tan decisivo. Abran sus corazones. Porque Jesús no se impone. Él viene cuando lo dejamos entrar. Luego María añade algo extraordinario. Y yo les digo sin el niño, Jesús no tienen la ternura ni el sentimiento del cielo que están escondidos en el recien. Nacido. Qué misterio tan grande. Mariano revela que hay tesoros del cielo escondidos en el niño. Jesús, la ternura del padre, la delicadeza del amor divino, la suavidad de la gracia, la cercanía de Dios. Ese niño pequeño, humilde, frágil trae el cielo á nuestro corazón. Y aquí podemos decirlo con verdad. En el niño, Jesús viene el amor del padre, no porque el padre se haga niño, sino porque donde está el hijo está el padre y está el espíritu santo. La trinidad nunca se separa. Por eso, cuando abrazamos espiritualmente al niño, Jesús, abrazamos el corazón del padre. Luego la virgen continúa. Por eso hijitos trabajen en ustedes mismos. A leer la sagrada escritura. Descubrirán el nacimiento de Jesús y la alegría como en los primeros días que me dugo y dió á la humanidad aquí. María nos revela un camino clarísimo. Primero trabajen en ustedes mismos, es decir, conviertanse, renueven el corazón, corten con el pecado. Abran espacio interior. Adviento no es pasivo, es trabajo del alma. Segundo, lean la sagrada escritura porque la palabra de Dios, especialmente los evangelios de la natividad, abre un camino interior donde Jesús puede nacer. La virgen dice que descubriremos la alegría como en los primeros días de mego. Cuando los corazones se abrían con facilidad cuando la gracia tocaba sin resistencia cuando todo era luminoso, cuando la conversión brotaba como fuente, María nos dice eso mismo puede repetirse hoy en ti. Luego concluye trabajen y construyan la paz a través del sacramento de la confesión. Reconciliase con Dios hijitos y verán milagros en torno á ustedes. Aquí está la clave del adviento. La paz no es un sentimiento. La paz se construye y se construye en el único lugar donde el alma queda libre. Limpia, ligera, sanada la confesión. Cuando uno se confiesa, las cadenas se rompen. La oscuridad se cae, la tristeza desaparece, el alma vuelve á respirar. Por eso, María dice verán milagros en torno á ustedes porque donde un alma vuelve á Dios, todo á su alrededor cambia también. Este mensaje es un camino completo de adviento. Amar or. Abrir el corazón a coger al niño Jesús, trabajar interiormente, alimentarse de la palabra, reconciliarse con Dios. Y entonces la ternura del cielo entra y la paz empieza a nacer.