Queridos Hijos, Él, Que Es Sólo Paz, Done A Través De Ustedes La Paz Al Mundo entero.

En este mensaje la Virgen nos recuerda que Jesús, que es sólo paz, quiere derramar Su paz en el mundo a través de nosotros. Nos invita a orar sin cesar por un mundo turbulento y sin esperanza, para que nuestros corazones sean fuente de paz, de esperanza y de gracia. María nos anima a dejar que la esperanza fluya dentro de nosotros y a convertirnos en testigos vivos del amor y de la paz que sólo Dios puede dar.

Transcript

0:04

Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Seguimos este camino precioso de adviento caminando de la mano de María, escuchando sus palabras que no envejecen porque vienen del cielo y llevan vida hoy aquí en nosotros. Cada mensaje de la virgen en este tiempo es una invitación a preparar el corazón para la venida del niño Jesús, para que él puedan hacer dentro de nosotros y transformar nuestra historia desde dentro. Hoy meditamos un mensaje lleno de mision de consuelo y de responsabilidad espiritual. Nuestra madre nos dice el de noviembre del queridos hijos tambien. Hoy los invito en este tiempo de gracia, á orar para que el niño Jesús pueda nacer en el corazón de ustedes. Él, que es solo paz do a través de ustedes, la paz al mundo entero. Por eso hijitos oren sin cesar por este mundo turbulento y sin esperanza a fin de que ustedes se conviertan en testigos de la paz para todos que la esperanza fluya en sus corazones como un río de gracia. Gracias por haber respondido á mi llamado. Este mensaje es oro puro para adviento. Oren para que el niño Jesús pueda nacer en el corazón de ustedes. La virgen vuelve á lo esencial. Todo comienza en el corazón. Jesús quieren hacer dentro de tí, no sólo en la historia, no sólo en el mundo, sino en tí, en tu vida concreta, en tus heridas, en tu cansancio, en tus deseos más hondos su nacimiento interior. Es lo que trae orden, paz, luz, fuerza y claridad. Pero para que él pueda nacer, la virgen nos pide lo único que abre la puerta. La oración. La oración no es repetir palabras. La oración es permitirle entrar. Nuestra madre nos dice él que es solo paz do á través de ustedes, la paz al mundo entero. Aquí está lo grandioso. Mariano sólo quiere que Jesús nazca en tí. Quiere que nazca á través de tí. Dios quiere usarte como instrumento de paz. La virgen está diciendo la paz que recibas. Entré gala la paz que él ponga en tu corazón. Deja la fluir hacia los demás, la paz del niño. Jesús quiere llegar al mundo. Pero pasando por tí, esto no es pequeño, es una misión celestial y coincide perfectamente con lo que la virgen dijo el de agosto. El. Cuando nos dijo hijitos míos, ustedes son elegidos, sean mis manos extendidas, á este mundo que no ha conocido al Dios del amor. Ahí está. Somos elegidos para ser manos de María, instrumentos de paz, puente entre el cielo y los corazones que están heridos. Nuestra madre con continua oren sin cesar por este mundo turbulento y sin esperanza. María sabe lo que vivimos. Sabe que hay turbulencia, miedo odio confusion divisiones. Y la respuesta del cielo no es ruido, no es protesta. No es enojo. La respuesta del cielo es oración constante, oración por los que no oran oración por los alejados intercesión por el mundo, porque la oración abre puertas que están cerradas, sostiene á quienes ya no pueden sostenerse y permite que Dios actúe donde parecía imposible. Nuestra madre nos dice a fin de que ustedes se conviertan en testigos de la paz para todos. María lo dice clarísimo. Tú puedes convertirte en un testigo de paz en tu casa, en tu familia, en tu comunidad, donde estés cómo con una palabra suave, con un perdón, con un silencio que evita una herida con un acto de amor con una oracion, por quien no te cae bien con una sonrisa que levanta á alguien. La paz no es teoría, es vida encarnada. Es Jesús actuando en tí. Mariano dice al final que la esperanza fluye en sus corazones. Como un rio de gracia, mariano nos pide que fabriquemos esperanza. Nos promete que si dejamos nacer á Jesús, la esperanza fluirá, no se forzará, no se fingirá, fluirá. Como á un rio porque donde está Jesús, hay esperanza donde él nace. Nada está perdido.