Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje

Crean Y Oren Y Vivan En Gracia Y En La Expectativa De Su Encuentro Personal Con Él.

Paty Gallego Season 3 Episode 248

En este mensaje, la Virgen nos recuerda que este tiempo de gracia es un llamado urgente a volver a Dios. Nos invita a creer, a orar y a vivir en gracia, porque sólo así el corazón se prepara para el encuentro personal con Jesús. Ella nos dice que su Hijo vino a darnos la paz sin importar quiénes seamos, y que a través de Ella nos llama a la conversión y a caminar hacia la luz. La Madre nos pide vivir en la expectativa viva de ese encuentro con Él, con el corazón despierto, abierto y confiado. Si vivimos así, el Adviento se convierte en camino, en preparación y en abrazo.

Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Seguimos caminando este tiempo precioso de adviento, tiempo de gracia de espera de vigilancia amorosa, tiempo en el que el cielo se acerca á la tierra y en el que María, nuestra madre nos toma de la mano para prepararnos para el encuentro personal con su hijo. Jesús, adviento es vivir despiertos, vivir con el corazon abierto, vivir deseando que él nazca dentro de nosotros. Hoy nos dejamos iluminar por el mensaje del de noviembre del donde la virgen nos habla con una fuerza, una claridad y una ternura extraordinaria. Nuestra madre empieza por decirnos queridos hijos en este tiempo de gracia, los invito á orar, oren y busquen la paz hijitos. El que vino aquí, á la tierra para darle su paz sin importar quiénes son ni lo que son él. Mi hijo, su hermano, á través de mí los invita á la conversión porque sin Dios no tienen futuro ni vida eterna. Por eso crean y oren y viven en gracia y en la es expectativa de su encuentro personal con él. Gracias por haber respondido á mi llamado. Apenas le hemos este mensaje. La virgen cambia el tono se siente más urgente, más directo, más maternal. Ella vuelve á nombrar algo que repite en todos los mensajes de adviento. Este es un tiempo de gracia. Tiempo donde el cielo se abre, donde Dios concede gracias especiales tiempo donde María está entre nosotros para prepararnos interiormente. Y lo primero que nos pide es los invito á orar porque la oración es la llave secreta que abre el corazón de Dios es el lugar del encuentro. Es la lámpara que mantiene viva. La llama es la respiración del alma. Sin oración, no hay conversión sin oración, no hay paz sin oración, no podemos esperar á Jesús con el corazón despierto. Luego añade oren y busquen la paz. La paz no cae sola. La paz se busca, se trabaja, se suplica, se construye con decisiones concretas de amor y humildad. Y entonces llega una frase que toque el alma. Él, mi hijo, su hermano. Qué ternura divina. Jesús no es solamente el salvador. No es sólo el rey de la paz, es nuestro hermano. Nos pertenece, nos conoce, nos amas sin condiciones. Y María dice a través de mí, los invita á la conversión. Esto es impresionante. Jesús usa la voz de su madre para hablarnos el nos llama por medio de ella porque sabe que el corazón no se resiste al amor de una madre. Y explica por qué la conversión es urgente porque sin Dios no tienen futuro ni vida eterna. Es decir, sin Dios no se entiende la vida, no se sostiene el alma. No hay camino verdadero, no hay esperanza que dure. No hay luz que venza las tinieblas. Y entonces mariano se entrega el centro del mensaje. Vivan en gracia y en la expectativa de su encuentro personal con él. Aquí está todo. Adviento no es un recuerdo del pasado. Adviento es esperar un encuentro real con Jesús que quieren hacer hoy en este instante. Vivir en gracia significa vivir con el alma abierta. Limpia reconciliada libre del pecado que sofoca la luz disponible para que Jesús habite en nosotros y vivir en la expectativa significa vivir con deseo con vigilancia con esa actitud del corazón que dice señor, ven, te espero. Aquí estoy nace en mí, CME abrá me mariano se invita á esperar así no de brazos cruzados, sino con el corazón en vela con la vida en conversión con la mirada puesta en el niño que viene para transformar nuestras heridas y renovarlo todo.