Hijitos, Abran Las Puertas De Su Corazón A Jesús.

En este mensaje, la Virgen nos recuerda que la paz y el sentido de la vida no se encuentran en las cosas del mundo, sino en Jesús. Nos invita a abrirle completamente el corazón, a dejarnos transformar por su amor y su misericordia, para descubrir el verdadero propósito de nuestra vida y caminar hacia la salvación eterna.

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy estamos llegando al umbral de la navidad. Vivimos los últimos días de este tiempo santo de asiento, un tiempo de gracia de espera, de conversión y de apertura del corazón. En este camino precioso. María, nuestra madre no deja de hablarnos de advertirnos con amor y de mostrarnos dónde está la verdadera paz. Hoy vamos a escuchar un mensaje muy fuerte y muy actual que la virgen nos dio el de diciembre del a través del vidente cha, un mensaje que llega como una última llamada del cielo antes de celebrar el nacimiento de Jesús. Nuestra madre nos dice, queridos hijos, hoy en este día de gracia, de manera especial, los invito á que no vivan la vida aspirando, á metas terrenales, ni buscando paz y alegría en las cosas terrenales, porque así la oscuridad envuelve su vida y ustedes no ven el sentido de ella. Hijitos abran las puertas de su corazón a Jesús. Permítanme que se apodere de todo su ser para que puedan comenzar á vivir en el amor y en la misericordia de Dios. Hijos míos, sólo con Jesús en sus corazones, conocerán el verdadero propósito de su vida y aspirarán á la salvación eterna. Los bendigo con mi bendición maternal. Este mensaje es profundamente actual. La virgen nos mira con amor de madre y nos habla con una verdad que á veces cuesta escuchar. Ella nos dice no busquen la paz y la alegria en las cosas terrenales, no porque las cosas del mundo sean malas, sino porque no pueden llenar el corazón humano. Cuando ponemos nuestra esperanza solo en el éxito, el dinero, los logros, el reconocimiento ó las seguridades externas, algo dentro de nosotros se va apagando. Y entonces sucede lo que María dice con tanta claridad, la oscuridad envuelve la vida y se pierde el sentido. Por eso la virgen nos suplica hoy. Hijitos. Abran las puertas de su corazón á Jesús. Abrir el corazón no es una emoción, es una decisión profunda. Es decirle á Jesús, entren mi vida, entren mis heridas, entren mis miedos, entren mis planes. Entra en lo que no entiendo y en lo que me duele. Y María va todavía más lejos cuando dice. Permítanme que se apodere de todo su ser. Esto no es perder la libertad. Esto es encontrarla, es dejar que Jesús piense con nosotros. Ame con nosotros, decida con nosotros, sane con nosotros. Sólo así dice la virgen. Podemos comenzar a vivir en el amor y en la misericordia de Dios. Vivir en el amor de Dios es saber que somos amados sin condiciones. Vivir en su misericordia es saber que cuando caemos, él no nos rechaza, sino que nos levanta. Y entonces María nos revela algo decisivo sólo con Jesús en sus corazones conocerán el verdadero propósito de su vida. El sentido de la vida no es solo avanzar. Ni cumplir metas ni sobrevivir el sentido de la vida, amar y dejarnos amar por Dios, caminar con él y hacia él. Por eso la virgen termina hablándonos de la salvación eterna, no como algo lejano, sino como una realidad que comienza hoy. Cuando Jesús nace de verdad en nuestro corazón. Este mensaje es una invitación urgente y amorosa. No lleguemos á la navidad con el corazón cerrado. Abramos las puertas, dejemos entrar, á Jesús y permitamos que él nos dé la paz que el mundo no nos puede dar.