Queridos Hijos,Sean Decididos Y Valientes Defensores Del Amor De Su Dios.

En este mensaje, la Virgen nos recuerda que, en este tiempo de gracia, el Padre nos regala a Jesús por medio de María. Ella nos lo trae en sus brazos para llenarnos de amor y de paz. Por eso, la Virgen nos llama a ser decididos y valientes defensores del amor de nuestro Dios, a custodiar ese amor en el corazón y a no permitir que nada ni nadie nos lo robe.

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar en el mensaje que la virgen María nos dió el de diciembre del 25. Un mensaje de navidad lleno de luz de amor y de una ternura que viene directamente del padre. Escuchemos con el corazon abierto, queridos hijos, tambien hoy, cuando Dios me permite llevarles en mis brazos al pequeño Jesús, el rey de la paz, deseo que él os llene del ardor del amor y de la paz. Para que cada corazón sea semejante a su corazón en este tiempo de gracia, sean decididos y valientes, defensores del amor de su Dios, para que en este tiempo de gracia, él les conceda su paz. Gracias por haber respondido á mi llamado hoy en este dia de gracia, la virgen nos revela algo inmenso. El amor del padre. Ella dice. Cuando Dios me permite llevar llevarles en mis brazos al pequeño Jesús no es sólo que lo lleva en sus brazos, es que el padre le permite traérnoslo á nosotros. El padre celestial en su amor infinito, permite que María nos entregue á su hijo, que lo veamos, que lo recibamos, que contemplemos al rey de la paz en los brazos de nuestra madre. Y la virgen no se queda solo en la contemplación. Ella dice deseo que él los llene del ardor del amor y de la paz. Ese deseo nace del corazón del padre y es puesto en el corazón de María. Es un amor que quiere habitar nuestros corazones, un amor que se vuelve paz dentro de nosotros y que se derrama hacia los demás. Por eso hoy la virgen nos hace un llamado claro y fuerte. Sean decididos y valientes defensores del amor de su Dios. Defender ese amor en el corazón, no permitir que nadie no lo quite. No dejar que el miedo, el dolor ó las heridas apaguen el amor y la paz que Jesús quiere regalarnos en este tiempo de gracia que María nos siga trayendo á Jesús y que nosotros lo recibamos.